Coronavirus o SARS-CoV-2 virus y bajos precios petróleo: prioridades y torpezas

05 Abril 2020

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Prioridades y torpezas

Por Jairo Sánchez Quintero 18 de marzo de 2020

Este artículo trata sobre prioridades y torpezas del pasado y del futuro. Trata sobre la diferencia entre la vida y la muerte que está en manos de los gobiernos y de quienes podemos reflexionar sobre lo que hacen los gobiernos, aunque algunos gobiernos narcisistas, histriónicos, megalómanos, hitlerianos y stalinescos preferirían que nadie reflexionara. Por ejemplo, un gobierno preferiría que nadie reflexionara sobre su afirmación “Todo está controlado” y en 3 semanas declara emergencia nacional. Otro gobierno dijo en 10 días todo habrá terminado y han pasado más de 3 meses sin que termine. Los muertos han sido miles en poco tiempo. Estos son algunos ejemplos de torpezas. Cuando no se atienden las prioridades se cometen torpezas.

Otras torpezas locales y nacionales del pasado han ocurrido cuando se han considerado con mayor prioridad parques y escenarios deportivos que educación de calidad, agua potable y salud. Se espera que la calidad y prioridad del gasto público en los nuevos planes de desarrollo departamental y municipal orienten los recursos hacia las verdaderas prioridades. Según Meissel - Roca y Ricciulli-Marin (2018)[1] en su estudio sobre Santa Marta, afirman: “Para superar el rezago en pobreza, se deben entonces priorizar inversiones en cuatro sectores: educación, vivienda, acueducto y alcantarillado, y empleo. ¿Si estas son las prioridades por qué no se han tenido en cuenta? ¿Se requiere que las prioridades de los gobernantes coincidan con las prioridades de la población en general, en lugar, de las prioridades de quienes les financiaron sus campañas? Ahora la prioridad es la salud preventiva y la economía.

Sobre prioridades futuras, los escenarios que se vislumbran a partir de la crisis del Coronavirus y de la caída de los precios del petróleo, apuntan a prioridades cercanas a situaciones de recesión o depresión económica. La depresión de los años 30 dejó como lecciones que los gobiernos tienen que intervenir para proteger las vidas y condiciones de los más pobres y vulnerables. Si no se hace así, esto seguiría afectando la demanda y en poco tiempo podría haber muchas más familias sin ingresos y además enfermas por Coronavirus y otros males derivados de la ausencia de alcantarillados y agua potable. En los países de ingresos medios (como Colombia) y bajos no habrá suficientes respiradores ni Unidades de Cuidados Intensivos UCIs, si la situación se agrava. En consecuencia, la prevención debe ser muy fuerte y esto es una gran prioridad. No atenderla sería otra torpeza. Las torpezas de autoridades, presidentes, gobernadores y alcaldes se miden en muertes y sufrimientos, por eso es que debe prevalecer el análisis juicioso de las prioridades.

Sobre las prioridades frente al Coronavirus, no somos China donde construyen hospitales en pocas semanas. Aquí las construcciones (de mucho menor tamaño) duran años por la corrupción. Lo único que podemos hacer bien por ahora es la prevención, información y monitoreo permanente. Todavía se extraña la falta de suficiente difusión y divulgación sobre las probabilidades de ocurrencia e impacto, la calificación del riesgo en cada municipio y los controles más apropiados durante cada fase de la pandemia. ¿Cuántas personas conocen las fases de la pandemia? ¿Cuándo se activarán los protocolos de gestión del riesgo en cada municipio? ¿Cada cuánto se monitorea/monitoreará la situación? ¿Quién o quiénes están haciendo seguimiento a la información mundial? ¿Hay suficientes muestras para hacer las pruebas? ¿Cómo se va a disminuir el tiempo de entrega de resultados de las pruebas? ¿Cuáles son los controles para la etapa de propagación y mitigación pues ya no será suficiente lavarse las manos? ¿Existe un listado de todo el personal médico y de salud para atender una fase de hospitalización? ¿Se tienen registros sobre el estado de la salud de los extranjeros que han estado en los últimos 4 meses en los hoteles y posadas? ¿A cuántas personas se les ha hecho la prueba? ¿Cómo se realiza(rá) el seguimiento a los casos positivos? ¿Se ha hecho el inventario de recursos para atender una situación de infección probable al 20% de infectados graves? ¿Con qué reglamento funcionará la sala de crisis o prevalecerá quién pueda gritar y amenazar más? ¿Existe un plan de comunicaciones y un manual de crisis expedito para informar y alertar a toda la ciudadanía?

Estas preguntas sobran si lo que prevalece es el narcisismo, histrionismo, megalomanía, síndrome de Peter Pan Hitleriano (aplicado a los que se sienten hermosos y trágicos a la vez porque no crecen y necesitan someter a los que consideran inferiores) y síndrome del musculoso Stalinista (que persigue y comete infamias contra quienes se atreven a contradecirle y criticarle) de los nuevos pseudodioses del poder de cualquier ideología territorial o nacional.

Finalmente, para quienes acostumbran descalificar lo que escriben otros, este escrito no es una torpeza sino una prioridad. Espero que les llegue a los gobernantes a quienes considero seres humanos también inteligentes, falibles y vulnerables, que si escuchan sin prejuicios la sabiduría colectiva (Noocracia) podrían ser mejores gobernantes. No pertenezco a ninguna religión caudillista ni anticaudillista y si se quiere estigmatizar con algunas etiquetas este escrito, podrían ser las de demócrata, noocrata y humanista. Ojalá prevalezcan las prioridades sobre las torpezas, estigmatizaciones, amenazas o descalificaciones sin argumentos. Bienvenidas las respuestas, análisis y reflexiones argumentadas. Si de todas maneras alguien considera este escrito como una torpeza, le deseo que no mantenga esta idea en su mente ni en su corazón para que allí pueda volver a brotar un jardín de prioridades.

[1] https://www.banrep.gov.co/es/publicaciones/documento-de-trabajo-economia-regional-y-urbana-266 

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